lunes, 17 de agosto de 2015

El fin

Doy por finalizado el proyecto de este blogg. Finalizado no comporta necesariamente que esté acabado. Queda ahí, abandonado, ambiguo, no-acabado, inconcluso, abierto. (Las obras no se acaban, se abandonan).
No he llegado al otro extremo y dos son los motivos: mi haraganería, mi falta de capacidad para mantener la tensión necesaria para publicar las entradas. Y el cambio de las circunstancias personales, el cambio de intereses...
Han quedado algunos temas en el tintero, en la zona de borrador: el malditismo, los motivos por los que ahora corro, los cuarenta, theards (Portishead y Lars Von Tiers), la última novela de Marías ─que ya ha dejado de serlo─. 
En este punto no puedo dejar de citar ─de memoria y, por tanto, con escasa fidelidad─ a Borges: de todas las calles que ahondan poniente hay una que ─sometido e ignorante─ has recorrido por última vez ─sin saberlo─, hay un espejo que espera en vano tu reflejo. No sabemos que es lo que se nos depara, somos los más absolutos ignorantes y reconocer esa simple cuestión es alcanzar el doctorado...
Las cosas tienen su momento  y, una vez pasado, retomarlas, es melancolía.
Podría despedirme con el tema de The Doors The End que no está mal; pero no deja de ser lo convencional, incluso la letra guarda relación con esta última entrada.
Pero prefiero hacerlo con este tema instrumental ─es decir, sin palabras, a la francesa─ de Neil Young; con unos riffs de guitarras atronadores, ecos lejanos de otros tiempos...banda sonora ideal para este errar órfico de imposible salvación...