sábado, 5 de julio de 2014

CENTAUROS DEL ASFALTO



Emocionado, como todos los julios

 y van ciento uno: El Tour. 

Desde mi infancia.
 Siguiéndolo, con devoción, 
en  las calurosas tarde de julio. 
Hinault, Lemond, Fignon ─mi favorito─ que perdió por tres segundos aumentando su gloria.


Y, después Perico, Indurain, Ullrich, Pantani, el bastardo Armstrong. 





Y los escenarios de la agónica tragedia: Tourmalet, Galivier, Mont Ventoux, Alpe d'Huez, las emboscadas en el macizo central, los Vosgos. 

La gloria dorada de los Champs Elyssès: recompensa exigua y efímera. 


Hoy vuelve a empezar otra edición. Un juego donde dos hombres se baten, incruentamente, castigando sus cuerpos hasta la exhaustitud. En las últimas rampas no hay equipo, no hay estrategia. Solo máquina, cuerpo y, por encima, mente. 

Hoy volveré a ver las etapas, a ratos adormilado, con una nostalgia casi insoportable de mi infancia...tratando de no pensar o, por lo menos, olvidar.

Kraftwerk le han puesto la mejor banda sonora.


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